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Los acontecimientos que llevaron a la decisión de Joan Laporta de no renovar el contrato de Lionel Messi en el Barcelona en el verano de 2021 se desarrollaron en una serie de eventos complejos. Estos acontecimientos, que finalmente condujeron a la salida del ganador récord del Balón de Oro de su club de corazón, fueron moldeados por las presiones financieras y la dinámica interna del club.
El dilema de Laporta
Cuando Joan Laporta asumió la presidencia del FC Barcelona en 2021, su objetivo era claro: recuperar la grandeza del club y, por supuesto, asegurar la continuidad de Lionel Messi. Sin embargo, la situación que encontró era crítica. La gestión de la junta anterior había dejado al Barcelona en una situación calamitosa, y las consecuencias financieras de la pandemia de COVID-19 complicaron aún más el panorama. Con un club sumido en deudas y problemas económicos, Laporta se enfrentaba a un dilema monumental.
Laporta había ganado las elecciones gracias a dos promesas clave: «Quiero verte de nuevo» y «Resolveré las cosas con Messi en una barbacoa». Pero, ¿cómo podría cumplirlas en medio de una crisis financiera tan profunda? La presión era inmensa, y la necesidad de encontrar soluciones rápidas se hacía evidente.
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La operación CVC y sus repercusiones
La Liga, consciente de la urgencia de la situación, buscó apoyo financiero y encontró en un fondo de inversión, CVC, una posible solución. Este fondo acordó invertir inicialmente 1.900 millones de euros (que más tarde se elevarían a 2,7 mil millones de euros) a cambio de derechos de retransmisión televisiva por más de 25 años. Javier Tebas, presidente de La Liga, necesitaba al Barcelona como aliado en esta operación y, por ello, concertó una reunión con Laporta y el empresario Jaume Roures.
El 3 de julio, los tres se reunieron en un almuerzo donde se sentaron las bases para la participación del Barça en la operación de CVC. Este acuerdo parecía ser la clave para que Laporta pudiera cumplir su promesa a Jorge Messi, el padre de Lionel Messi, de renovar el contrato del jugador. Sin embargo, un mes después, el 2 de agosto, la situación dio un giro inesperado.
La reacción de Florentino Pérez
Tras conocer los detalles del acuerdo con CVC, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, se mostró furioso. No había sido consultado y no estaba dispuesto a ceder ante Tebas. Inmediatamente, llamó a Javier de Jaime, director financiero de CVC en España e Italia, para solicitar una reunión. En esa conversación, Pérez exigió explicaciones sobre un acuerdo que consideraba perjudicial para los clubes.
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El presidente del Real Madrid consideraba que los derechos de televisión de una competición tan importante como La Liga debían tener un precio mucho más generoso que el que ofrecía CVC. Mientras tanto, en Barcelona, Laporta continuaba con los preparativos para la renovación de Messi, ajeno a la tormenta que se avecinaba.
Pérez ordenó a su mano derecha, José Ángel Sánchez, que llamara a Ferran Reverter, director general del Barcelona, para preguntarle si estaba al tanto del acuerdo con CVC. Reverter confirmó que desconocía todo sobre la operación, lo que reveló que Laporta había mantenido todo en secreto, esperando anunciar la renovación de Messi en el momento adecuado.
El último intento de Messi
A pesar de las crecientes dificultades, Laporta seguía intentando salvar la situación. Messi, que estaba de vacaciones en Ibiza, esperaba ansiosamente una buena noticia. Su padre, Jorge, había llegado a Barcelona tras recibir una llamada de Laporta, y se programó una reunión para el 5 de agosto a las 16:00 horas en la sede de Leo Messi. Todo estaba listo para la firma del contrato, y el comunicado oficial ya estaba redactado.
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Sin embargo, el repentino cambio de planes dejó a todos desconcertados. Laporta, al darse cuenta de la magnitud del problema, culpó públicamente al CVC, alegando que aceptar el trato habría hipotecado al club durante 25 años. A pesar de que Jorge Messi comunicó a Laporta que su hijo estaba dispuesto a quedarse en el Barcelona bajo cualquier condición, las decisiones ya estaban tomadas.
La llamada de Reverter que cambió las cosas
Reverter se encontraba en una encrucijada. Tenía que decidir si informar a Laporta sobre la situación o recurrir a José Elías, un importante apoyo financiero para el presidente. Optó por llamar primero a Elías, lo que resultó en un distanciamiento significativo con Laporta. Elías se enfureció al conocer los detalles del acuerdo con CVC y advirtió a Laporta que si continuaba con el plan, su apoyo se retiraría de inmediato.
Laporta, atrapado entre la espada y la pared, tuvo que ceder a las exigencias de Elías, poniendo en peligro su presidencia. Esta decisión significó el fin de la renovación de Messi, ya que Laporta perdió el apoyo económico necesario para cumplir su promesa de campaña.
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El desenlace inevitable
El fracaso en renovar al delantero argentino no fue solo una cuestión de dinero; había mucho más en juego. Al final, una serie de errores de cálculo y decisiones precipitadas llevaron a la inevitable separación entre Messi y el Barcelona. La situación se volvió insostenible, y el sueño de Laporta de mantener a su estrella se desvaneció en un mar de complicaciones financieras y políticas.
La historia de la salida de Messi es un recordatorio de que, en el fútbol, las decisiones no siempre dependen del talento en el campo, sino que están profundamente influenciadas por la gestión y las circunstancias externas. La pasión por el FC Barcelona sigue viva, pero la lección de aquel verano de 2021 perdurará en la memoria de todos los aficionados. ¿Qué habría sido del club si las cosas hubieran salido de otra manera? La incertidumbre siempre acompaña al fútbol, pero el legado de Messi en el Barcelona permanecerá por siempre en el corazón de los culés.
